La importancia para los niños de aprender inglés no es ningún secreto. Una persona que lo domine como segunda lengua tendrá más oportunidades tanto en su vida personal como profesional. Aprender inglés a una edad temprana es una gran ventaja.
No son pocos los que afirman que nunca es demasiado pronto para que nuestros hijos aprendan un segundo idioma, sin mencionar que ser bilingüe a una edad temprana prepara el escenario para que los niños aprendan otros idiomas.
No es necesario enfatizar la importancia de aprender inglés para los niños porque eso es algo que los padres entienden muy bien; pero a veces no está claro cuál es el mejor momento para matricularlos en inglés o dejar que se sumerjan de alguna manera en el idioma, que necesitarán a mediano o largo plazo.
Docentes y lingüistas coinciden en que los niños hasta los 7 años pueden aprender cualquier idioma e integrarlo como si fuera su lengua materna. Y es que un estudio de la Universidad de Washington asegura que la mejor edad para aprender inglés es entre los 7 meses y los 3 años. El estudio afirma que no es necesario esperar a que los niños sepan leer y escribir para aprender un nuevo idioma.
De hecho, antes de los 4 años, los niños pueden aprender una segunda, e incluso una tercera lengua, con el mismo esfuerzo con el que aprenden la materna.
Aprender inglés en 8 años
Los niños que aprenden inglés a una edad temprana pueden hacerlo de una manera divertida, aprendiendo fábulas, leyendo cuentos o cantando canciones en inglés. También es importante que la adquisición del inglés se produzca en estas edades a partir de juegos, dinámicas de grupo y actividades que favorezcan la diversidad.
Nos detenemos a los 8 años, pero eso no significa que las oportunidades de aprender inglés de los niños y las niñas vayan a terminar ahí, ni mucho menos. Hasta la edad de 8 años, las habilidades lingüísticas para el uso competente de un segundo idioma se pueden adquirir de forma natural y sin ninguna dificultad.
Pero, ¿qué sucede después de los 8 años? ¿Es demasiado tarde para que los niños aprendan inglés? Por supuesto que no. La opción de inscribir a los niños en clases de inglés extraescolares sigue sobre la mesa y siempre hay tiempo.
La facilidad con la que un niño de 8 años aprende inglés no será la misma que la de un niño de 5 años. Este aprendizaje de un segundo idioma será menos espontáneo, no integrará el idioma con tanta naturalidad como un niño pequeño que aprende inglés en la guardería. Pero este lugar natural que pudo haber perdido desde los 8 años, lo compensó con más herramientas de aprendizaje que adquirió durante su educación.
¿Cuáles son los beneficios de aprender inglés a edades tempranas?
Hay estudios que muestran que -en edades tempranas- ser bilingüe hace que funcionen partes del cerebro que de otro modo no funcionarían. El lenguaje abre tu mente y la forma en que ves el mundo.
En 2006, se presentó un estudio que concluyó que al aprender un nuevo idioma, los niños desarrollan la competencia lingüística, adquieren mejor todos los idiomas (incluida su lengua materna) y descubren otras culturas que pueden ayudar al desarrollo común.
Saber inglés es parte de la cultura actual, porque estamos pasando por una etapa muy internacional, por lo que es muy bueno que los niños aprendan otro idioma y así se preparen para el mundo adulto que les espera.
Por otro lado, se debe reconocer que los mejores trabajos se dan a personas que hablan diferentes idiomas, por lo que es bueno preparar a los niños desde temprana edad para una vida profesional exitosa.
Lenguaje implícito vs lenguaje explicito
Cada etapa de la vida nos brinda herramientas para aprender un idioma. En la infancia escuchamos mejor diferentes sonidos, por lo que los niños pueden adquirir y reconocer diferentes acentos. Por su parte los adultos, tenemos una mayor capacidad de atención, lo que nos permite adquirir más vocabulario, mediante un aprendizaje explicito, es decir; estudiar un idioma con un profesor que nos explique las reglas gramaticales.
Los niños no son muy buenos en el aprendizaje explícito porque carecen de control cognitivo y la capacidad de concentrarse y recordar. Los adultos, por otro lado, son mucho mejores en eso.
Los científicos compararon tres grupos diferentes: niños hasta 8 años, niños hasta 12 años y adultos jóvenes. Estos últimos se desempeñaron mejor que los dos grupos más jóvenes, y los niños de 12 años también superaron a los niños más pequeños.
En lo que los niños son especialmente buenos es en el lenguaje imposible: es decir, escuchar e imitar a las personas que hablan en su lengua materna.
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